Historia de la ebanistería: ¿qué es y en qué se diferencia de la carpintería?
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Los andamios son las construcciones que se ponen de forma provisional en las edificaciones y que permiten que los obreros accedan a distintos puntos de la construcción. También se utilizan cuando se llevan a cabo rehabilitaciones en fachadas.
Si bien es cierto que, en sus inicios, los andamios eran de madera (incluso de bambú, por ejemplo, en Asia), son estructuras que han evolucionado considerablemente con el paso del tiempo. Actualmente los encontramos de metal, sobre todo de acero y aluminio. Pero hay diferentes tipos, ¿quieres descubrir cuáles son? ¡Sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos.
Los andamios de caballete son aquellos que sostienen marcos en forma de A, aunque también pueden ser soportes plegables. Es decir, dentro de los andamios de caballete hay dos tipos: los rígidos y los plegables.
Su uso se limita a trabajos ligeros y de corta duración, ya que no pueden aguantar mucha carga. En ambos casos, un tercio de la altura del caballete se tiene que alzar por encima de la plataforma de trabajo.
Los andamios de caballete, así como todos los demás, tienen que utilizarse sobre una base firme y a nivel, evitando desplazamientos, para no poner en riesgo a los trabajadores.
Al usarlos, hay que comprobar que están estirados del todo. No pueden estar a más de 1,35 m de distancia entre ellos y hay que inspeccionarlos antes de ser usados. En caso de tener partes defectuosas, hay que descartarlos. Por ejemplo, si tiene barrotes dañados, bisagras sueltas, faltan tornillos, etc.
Un andamio de acero es una estructura muy utilizada en el sector de la construcción. Se caracterizan por ser más resistentes que otros andamios pero, en consecuencia, son más pesados.
Lo que se suele hacer en este caso es montar los andamios de acero en la totalidad de la fachada, dejándolos durante varios meses. Son sistemas flexibles, por lo que son ideales para soluciones complejas.
El inconveniente de estos andamios es que, al pesar tanto, se vuelven incómodos de transportar, sobre todo si las superficies son irregulares. Tampoco se recomiendan para trabajos rápidos que duren pocos días o semanas. Y es que el montaje, desmontaje y transporte hacen que el proceso sea más caro.
Los andamios patentados están formados por tubos de acero que vienen preparados para su uso. El beneficio principal de este tipo de andamios es que ya se encuentran hechos, así que no hay que montarlos como ocurre, por ejemplo, con los andamios de acero. Además, son muy útiles porque su nivel se puede ajustar en función de la altura que se vaya a necesitar.
Los andamios suspendidos son las plataformas colgantes que se encuentran en horizontal y se sujetan gracias a unos cables de acero. Mediante una máquina, tienen un mecanismo de elevación y descenso.
Son óptimos para trabajar en fachadas, ya que permiten a los operarios llegar a todos los puntos en los que tienen que trabajar. Dentro de los andamios suspendidos encontramos, por un lado, las plataformas suspendidas de accionamiento manual y, por otro lado, las plataformas suspendidas de accionamiento motorizado.
Los andamios voladizos son también conocidos como andamios de una sola estructura, y antes de instalarse han de revisarse minuciosamente. Aunque en todos los andamios se necesita atención y cuidado, en este tipo de sistemas todavía más.
Su uso se da, principalmente, en las construcciones de paredes altas, o cuando el suelo está cerca de la pared y no tiene obstáculos.
Los andamios de albañilería son, sin lugar a dudas, unos de los más antiguos. Es por esa razón que son los más básicos y se utilizan en muchas ocasiones en la construcción. Se sitúan a una distancia de 1,2 metros de la fachada, y se conectan con ella a través de verticales, horizontales y almojayas.
Un andamio doble, que también se conoce como andamio independiente, se utiliza en los trabajos de cantería sobre todo. Dos andamios juntos resultan en una estructura resistente para los trabajos de construcción.
Este sistema de andamiaje es muy fácil de instalar, y está formado por acero galvanizado y duradero.
No requiere mucho esfuerzo para montarlo, y funciona perfectamente tanto para las construcciones grandes como para las pequeñas, para las que duran días o semanas y las que aguantan meses. Suponen, además, una forma más segura y resistente de trabajar para los operarios.
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