Historia de la ebanistería: ¿qué es y en qué se diferencia de la carpintería?
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Hay muchas razones por las que te puedes estar planteando instalar unas ventanas en tu hogar: conseguir un ahorro energético, reformar total o parcialmente el inmueble, aislar a nivel térmico o acústico…
Tipos de ventanas hay muchos, por lo que tienes que elegir el que mejor se adapte a ti de entre todos los que hay. Pero, ¿cuáles son las ventanas que puedo elegir para mi hogar? Podemos distinguir entre seis clasificaciones: según el tipo de perfil, según el acristalamiento, según el tipo de apertura, según la forma, según la eficiencia y según el acabado.
Los tipos de ventanas según el tipo de perfil son:
Los tipos de ventanas según el acristalamiento son:
Los tipos de ventanas según el tipo de apertura son:
Los tipos de ventanas según la forma son:
Los tipos de ventanas según la eficiencia son:
Los tipos de ventanas según el acabado son:
En este artículo, ponemos el foco en el acristalamiento de las ventanas. Concretamente, en el doble acristalamiento. ¿En qué consiste este tipo de ventanas? Y, lo más importante, ¿cuáles son las ventajas? Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo para no perdértelo! A continuación, te lo contamos.
El doble acristalamiento lo forman dos vidrios entre los cuales hay un perfil separador que delimita una cámara estanca de aire o gas. Lo más habitual es que los dos vidrios midan 4 mm, y la cámara de aire 12 mm.
De todas maneras, las propiedades de las ventanas serán diferentes en función del grosor de los elementos, que puede variar según las necesidades de cada caso. Cuando hay más grosor en los vidrios, hay un mayor aislamiento acústico y térmico.
Eso sí, no hay que pasarse a la hora de elegir un grosor, puesto que un vidrio demasiado grueso pierde sus propiedades aislantes. En otros casos, los vidrios de la ventana de doble acristalamiento son más de dos, lo que puede venir bien.
Las ventanas de doble acristalamiento tienen numerosas ventajas, razón por la cual están tan demandadas en los hogares que buscan instalar ventanas. Aislamiento térmico o seguridad son algunos de los beneficios que aportan las ventanas de doble acristalamiento, pero hay muchos otros.
Las ventanas de doble acristalamiento son una gran opción para mantener el calor en el hogar, ya que reducen un 25% la pérdida del calor. Esto es gracias a su composición, preparada para aislar del frío y del calor.
Un aislamiento térmico va a hacer que no se requiera instalar radiadores debajo de las ventanas, como es habitual, ya que el doble acristalamiento impide que el frío se quede en esa zona.
Si quieres impedir que entre el calor y el frío del exterior en la vivienda, puedes incluso unir el doble acristalamiento a un buen perfil aislante.
Al igual que el doble acristalamiento aísla térmicamente, también lo hace acústicamente. Los ruidos del exterior son muy molestos en el día a día. Y es que, da igual lo que haya alrededor de la vivienda, siempre hay ruidos muy incómodos: coches, parques, los vecinos del edificio de enfrente, un bar…
Hay soluciones caseras para impedir la entrada de los ruidos del exterior en el hogar, como cinta adhesiva, mantas térmicas, cortinas sonoras, etc. Pero lo ideal es instalar una ventana de doble acristalamiento.
En definitiva, una ventana de doble acristalamiento evita que la contaminación acústica se cuele en tu hogar.
No solo se ahorra energía porque la ventana ofrece aislamiento térmico, sino que además su fabricación y reciclado son eco friendly. La razón es que los componentes son naturales, como arenas, así que son biodegradables. No solo esto sino que, además, los procesos tecnológicos minimizan el impacto en el planeta.
El doble acristalamiento puede reciclarse, así que no habría ningún problema si, eventualmente, te quieres deshacer de este tipo de ventana. Pero también resulta un ahorro medioambiental el hecho de no utilizar tanto los sistemas de refrigeración y calefacción.
Una consecuencia inmediata del ahorro térmico es el ahorro económico. Esta es la característica principal por la que las personas eligen las ventanas de doble acristalamiento.
La construcción de las ventanas de este tipo impiden que el frío y el calor entren en el hogar, así que habrá que utilizar menos energía para encontrar la temperatura perfecta de las estancias.
Las ventanas de doble acristalamiento dan una seguridad mayor que otras, ya que los cristales son muy gruesos y resistentes. De esta manera, las láminas son difíciles de romper, impidiendo así posibles robos o vandalismo en general.
Algo muy molesto en las ventanas es la humedad, esas gotas en las superficies que se condensan y perjudican la sensación térmica de la estancia. Gracias al doble acristalamiento, el aire que se queda entre las dos capas impide que la condensación se acumule.
La luz solar tiene muchos beneficios, eso está claro. Pero también algún que otro inconveniente, como los daños que provoca en los muebles del hogar. Pero el grosor del doble acristalamiento impide que esto ocurra, así que podrás mantener el color y la funcionalidad del mobiliario de forma intacta, como el primer día.
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